Ilustración de Miguel A. Giner |
Con este poema, concluye la 1ª parte del Romancero gitano. En él se narra la destrucción de una ciudad gitana a manos de la Guardia Civil. Este romance ha generado debate crítico, ya que algunos autores defiende la realidad externa del poema (la ciudad real es Jerez de la Frontera y se relatan hechos concretos allí acaecidos), mientras que otros argumentan que todo es fruto de la imaginación del poeta. Si atendemos a las explicaciones de Lorca referidas y a la propia lectura, parece más adecuada la segunda opción El poema está divido en 9 partes marcadas por la división estrófica.
En la primera estrofa, Lorca presenta a los guardiaciviles como jinetes de la muerte que, montados en caballos negros, siembran el terror y la destrucción a su paso. Insensibles y crueles.
En la segunda estrofa , ajena a su próxima destrucción, la ciudad gitana, alegre y vitalista, está de fiesta.
En la tercera estrofa aparece la mención a Jerez de la Frontera, aunque Lorca se refiera a una ciudad mítica. En los barrios de Santiago y San Miguel de esa ciudad -cunas de cante jondo y habitados por gitanos- se sufrió la represión real de la Guardia Civil en diferentes ocasiones.
En la cuarta estrofa, se desarrolla una genial fantasía navideña: el traje de la Virgen esta hecho con papel de envolver chocolate, la referencia a Pedro Domecq y los tres sultanes de Persia tiene que ver con el hecho de que en el logotipo esa marca de brandy aparecen tres cepas que parecen tres turbantes, todo lo cual nos remite a los tres Reyes Magos de Oriente...
En la quinta estrofa, de nuevo oímos la voz del poeta, que, como un coro griego, alerta a los gitanos de la proximidad de la Guardia Civil.
En la sexta estrofa, empieza el ataque. Brutalidad. Horror de los gitanos masacrados.
En la séptima estrofa, el asalto sorprende a los gitanos desprevenidos y el horror es tal que hasta los relojes se detienen y el coñac se disfraza (¿se hace el muerto? > noviembre es el mes de los difuntos). Imagen final: los sables junto con los remolinos de las capas de la Guardia Civil parecen tijeras.
En la octava estrofa, la realidad y la fantasía se funden: los gitanos se refugian en el Portal de Belén, pero la Guardia Civil no respeta ni ese espacio sagrado. El martirio final de Rosa la de los Camborios remite al de Santa Águeda.
En la última estrofa, se narra el final de un mundo ancestral y mítico, el de los gitanos, que sólo encuentra salvación en la imaginación del poeta.
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